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Los cuidados del suelo para la agricultura: base de una producción sostenible

El suelo es un recurso natural vital para la vida en la Tierra. No solo sustenta los ecosistemas terrestres, sino que es el soporte fundamental de la actividad agrícola y la fuente primaria de alimentos para la humanidad. Sin embargo, el uso intensivo, la contaminación y las malas prácticas agrícolas han puesto en riesgo su calidad y capacidad productiva. Por ello, cuidar el suelo es esencial no sólo para garantizar la seguridad alimentaria, sino también para conservar el equilibrio ecológico y enfrentar desafíos como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

 

 

La importancia del suelo en la agricultura

El suelo es un sistema vivo compuesto por minerales, materia orgánica, agua, aire y millones de organismos vivos. Desempeña funciones esenciales como:

  • Soporte físico y estructural: Porosidad, textura, fertilidad, soporte de raíces.

  • Suministro de nutrientes: Macro y microelementos.

  • Regulación del agua: Retención, filtración.

Un suelo sano mejora el rendimiento de los cultivos, reduce el uso de agroquímicos y protege los ecosistemas agrícolas.

 



 

Principales amenazas al suelo agrícola

 

1. Erosión

El arrastre del suelo por agua o viento elimina la capa fértil, especialmente en terrenos sin cobertura vegetal o con prácticas como la deforestación o el monocultivo.

 

2. Contaminación

El uso excesivo de fertilizantes y pesticidas deterioran la calidad del suelo y afecta a los organismos benéficos. También contribuyen residuos industriales mal gestionados.

 

3. Compactación

La maquinaria agrícola pesada compacta el suelo, reduciendo su porosidad y dificultando el desarrollo de raíces y la filtración del agua.

 

4. Salinización

El mal manejo del riego en zonas áridas puede generar acumulación de sales, perjudicando la absorción de agua y nutrientes por las plantas.

 

5. Pérdida de materia orgánica

La agricultura intensiva reduce el contenido de materia orgánica, afectando la fertilidad, la estructura y la biodiversidad del suelo.

 

   

 

Prácticas de conservación del suelo

Cuidar el suelo es fundamental para una agricultura sostenible. Afortunadamente, hoy existen múltiples prácticas que permiten mantener su salud y productividad a largo plazo:

 

Rotación de cultivos: 

La rotación consiste en alternar diferentes tipos de cultivos en un mismo terreno a lo largo del tiempo. Esta práctica interrumpe los ciclos de plagas y enfermedades, mejora la estructura del suelo y optimiza el uso de nutrientes.

 

Abonos orgánicos y compost: GDFGDGSGDGDFDFS

El uso de abonos orgánicos, como estiércol, compost y restos vegetales, mejora la estructura del suelo, incrementa su fertilidad y promueve la actividad biológica. A diferencia de los fertilizantes químicos, los abonos orgánicos liberan nutrientes de manera gradual y sostenible.

 

Cobertura vegetal: 

Mantener una cubierta vegetal en el suelo, ya sea con cultivos de cobertura o con residuos vegetales, protege contra la erosión, conserva la humedad y mejora la biodiversidad. Las plantas de cobertura como el trébol, frijol y el centeno, también ayudan a fijar nitrógeno y controlar la maleza.






Conservación del agua:

El manejo eficiente del agua es clave para evitar la erosión y la salinización. Prácticas como el riego por goteo, la captación de agua de lluvia y la construcción de terrazas en terrenos inclinados ayudan a conservar el recurso hídrico y proteger el suelo.

 

Agricultura de conservación: GDFGDSFGSDFGSFDG

Este enfoque promueve técnicas como la mínima labranza, la rotación de cultivos y la cobertura permanente del suelo. Al evitar el arado intensivo, se conserva la estructura natural del suelo, se reducen las emisiones de carbono y protege la vida microbiana.

 

Manejo integrado de plagas: fsfgrhrtHJHJGTHSHGSFGH

Reducir el uso de pesticidas mediante prácticas como el control biológico, la rotación de cultivos y la selección de variedades resistentes permite mantener la salud del suelo y del ecosistema en general. GHFGFRGDFDFSGDGFGDG




Conoce cuales de nuestros productos te pueden ayudar con un manejo integrado de plagas: https://fertichem.mx/biorepelentes

 

Cuidado del suelo con Ácido Húmico y Ácido Fúlvico

El cuidado del suelo es fundamental para mantener la productividad agrícola y preservar la salud del ecosistema. Entre las prácticas sostenibles más efectivas, el uso de ácido húmico y ácido fúlvico se ha destacado por sus múltiples beneficios en la mejora de la estructura y fertilidad del suelo.

 

 

¿Qué son los ácidos húmicos y fúlvicos?

Son sustancias orgánicas que provienen de la descomposición de materia orgánica vegetal y animal. Se encuentran de forma natural en el humus del suelo, pero también pueden aplicarse como enmiendas orgánicas. Aunque ambos son componentes del mismo grupo (las sustancias húmicas), tienen diferencias importantes en tamaño molecular, solubilidad y funciones específicas.

  • Ácido húmico: de mayor peso molecular, actúa principalmente en la mejora de la estructura del suelo, aumentando la capacidad de retención de agua y facilitando la aireación.

  • Ácido fúlvico: Más ligero y soluble, penetra fácilmente en las células de las plantas, ayudando en la absorción de nutrientes y mejorando la actividad microbiológica del suelo.

 

Beneficios para el suelo

 

1. Mejora de la estructura del suelo

El ácido húmico promueve la formación de agregados estables, lo que mejora la aireación, reduce la compactación y favorece el desarrollo radicular.

 

2. Aumento de retención de nutrientes LLLLLLLLLSLSLLSSLSLSLLSSLSLDSS

Ambas sustancias actúan como agentes quelantes, ayudando a retener y liberar nutrientes esenciales (como nitrógeno, fósforo, potasio, hierro y zinc) de forma más eficiente.

 

 

 

3. Estímulo de la microbiología del suelo LLLFFLFLFLFLFLFLFLFLFLFL

El ácido fúlvico estimula el crecimiento de microorganismos beneficiosos, lo que favorece la descomposición de la materia orgánica y la disponibilidad de nutrientes.

 

4. Incremento en la capacidad de intercambio catiónico JJJJJJJFGHDRJ

Esto mejora la capacidad del suelo para retener y suministrar nutrientes a las plantas.

 

5. Reducción del uso de fertilizantes químicosJJJJJJFGHDRJFFR

Al mejorar la eficiencia en la absorción de nutrientes, se reduce la necesidad de aplicar grandes cantidades de fertilizantes, contribuyendo a una agricultura más sostenible.

 



 

Recomendaciones de uso

 

  • Aplicar los ácidos húmicos y fúlvicos en combinación con fertilizantes orgánicos o minerales para potenciar sus efectos

  • Usarlos de forma periódica durante el ciclo del cultivo, ya sea en fertirrigación o como enmienda al suelo.

  • Ajustar la dosis según el tipo de suelo, cultivo y condiciones ambientales.

 

Para conocer más acerca de nuestros Ácidos Húmicos y Fúlvicos visita: https://fertichem.mx/productos-organicos

 

 

En conclusión, el suelo es esencial para la agricultura y su cuidado garantiza la productividad y la sostenibilidad. Factores como erosión, contaminación, compactación, salinización y pérdida de materia orgánica afectan su fertilidad, pero pueden prevenirse con prácticas como rotación de cultivos, abonos orgánicos, cobertura vegetal, uso eficiente del agua y manejo integrado de plagas.

 


 

El empleo de ácidos húmicos y fúlvicos refuerza la salud del suelo al mejorar su estructura, optimizar la disponibilidad de nutrientes, estimular la microbiología y reducir la dependencia de fertilizantes químicos, convirtiéndolos en un recurso clave para la seguridad alimentaria y el equilibrio ambiental.

 

Preguntas frecuentes

¿Con qué frecuencia debo hacer análisis de suelo?

Se recomienda realizar análisis de suelo antes de la siembra de 3 a 4 meses para poder corregir en caso de que haya deficiencias y poder tener una planificación de fertilización. Tomar en cuenta cada rotación de cultivo, incluso si se maneja un monocultivo es importante conocer el estado de materia orgánica en el suelo, incorporar MO si es necesario. También conocer la residualidad de productos aplicados como son fertilizantes, insecticidas, fungicidas, bactericidas y en general de productos agrícolas aplicados. En un suelo en donde se mantiene en condiciones de salinidad, materia orgánica, elementos, microorganismos benéficos y pH quiere decir que tenemos un fertilidad estable como son cultivos perennes se recomienda de 2 a 3 años, en estos casos, tiene lapsos más prolongados de tiempo para el análisis de suelo.

 

¿Las enmiendas orgánicas como el compost siempre mejoran la fertilidad del suelo?

Sí, en general, las enmiendas orgánicas mejoran la estructura del suelo, incrementan la materia orgánica, promueven la actividad microbiológica y retienen nutrientes de forma más estable. Sin embargo, su efectividad depende de su calidad, de la combinación con otras prácticas y de que no haya factores limitantes graves.

 

¿Cuáles son los signos visibles de un suelo con baja fertilidad?


Algunos signos pueden incluir:

  • Poca filtración y retención de agua, erosión visible.

  • Escaso crecimiento de raíces

  • Poca densidad de microbioma

  • Textura compacta y dura

  • Cultivos con  deficiencias nutricionales recurrentes aun aplicando fertilizantes.

  • Pérdida de color oscuro en la capa superficial, lo que indica menor contenido de materia orgánica.

 

¿Cómo ayudan los ácidos húmicos y fúlvicos a la fertilidad del suelo?

  • Los ácidos húmicos ayudan a mejorar la estructura del suelo (Porosidad, aireación, retención de agua, estructura, formación de agregados estables). 

  • Los ácidos fúlvicos penetran fácilmente y estimulan la absorción de nutrientes y la actividad microbiológica. 

  • Ambos actúan para optimizar la fertilidad, reducir la dependencia de fertilizantes químicos y mejorar y restablecer  la eficiencia del suelo.

 

¿Puedo utilizar fertilizantes químicos intensivamente si aplico luego prácticas de conservación del suelo para recuperar la fertilidad?


La mejor estrategia es siempre integrar prácticas sostenibles: 

  • Usar fertilizantes químicos sólo cuando es necesario y en combinación con prácticas de conservación (Rotación de cultivos, materia orgánica, cobertura, etc.).

  • El uso intensivo e indiscriminado de fertilizantes sin estas prácticas puede degradar la fertilidad a mediano o largo plazo.